viernes, 29 de junio de 2007

Mentes realmente brillantes pero, ¿Para qué (Tercera parte)

Según el proceso, después de pasado todo esto, vienen los delirios; los cuales se deben a la psicosis causada por la cocaína: vuelven loco(a) los largos periodos en los que la dopamina flota en las sinapsis cerebrales cada vez que la droga es consumida las vías nerviosas, estimuladas por el estupefaciente, suministran falsa información al cerebro. Las sensaciones de hormigueo, constituyen un fenómeno común conocido como “prurito de la cocaína”.

Mientras tanto, cuando se pasa el efecto de la droga, la concentración de dopamina desciende más y más en el cerebro. La s neuronas cerebrales ya no pueden reemplazar la dopamina que utiliza la droga. Con el tiempo llega a escasear tanto la reserva que queda en este neurotransmisor, que, lejos de producir placer la cocaína, el desequilibrio químico en el cerebro produce una horrible depresión.

Después de esto, viene un cosquilleo en la mandíbula y el cuello, los cuales son un efecto secundario de un pequeño ataque convulsivo, común en los cocainómanos. Las neuronas comienzan a transmitir señales en explosiones sincronizadas que causan verdaderas tormentas eléctricas en el cerebro. Privado de oxígeno y luchando contra una hipertensión acentuada, el corazón late de una manera irregular. Los pulmones, llenos de líquidos que regresan del corazón, funcionan mal –por eso el jadear y toser si cesar para despejarlos –.

La temperatura del cuerpo, se llega a elevar a 40.5ºC. Las ondas cerebrales son caóticas, puesto que millones de neuronas disparan señales sin ton ni son. Mientras las piernas se sacuden espasmódicamente, el cocainómano, cae en la inconciencia. Aún así, la droga aún no ha terminado con el.

Imaginemos una escena.
Cuando, una vez recobrado el conocimiento, una pequeña arteria del hemisferio cerebral derecho (o izquierdo), constreñida por la cocaína, tuvo un espasmo. Desalojado por el espasmo, un coágulo se atora en el vaso sanguíneo, de por si reducido, y ese momento deja de circular la sangre en ese hemisferio, el cocainómano, acaba de sufrir una apoplejía.

En cuestión de segundos, comienzan a morirse las neuronas que controlan los músculos. La boca se abre, y el brazo y la pierna izquierdos (los contrarios al hemisferio que sufre el espasmo) dejan de reaccionar. Acto seguido, la persona deja de respirar. Su exhausto corazón empieza a latir tan irregularmente, que ya no puede bombear sangre a todo el organismo. Esta persona ya no puede reaccionar, en realidad; esta muerta…

Depende de la versatilidad y de la lucha del cocainómano revivir y recuperarse o no.

Ahora bien. Ustedes se preguntarán ¿Por qué usar tres entradas para este “reportaje” (así llamado por un familiar muy querido)?

Hace algún tiempo comentaba esto con el buen Zurdo (visiten su blog, esta de lado derecho arriba de las entradas), y me daba un punto de vista muy importante que yo no alcanzaba a ver aún:

Pandora: Es realmente increíble, como existen mentes realmente brillantes como para descubrir y modificar una sustancia -me atrevo a llamarle inteligente-, que sea capaz de volar sobre una barrera cerebral que supuestamente esta ahí para proteger, y aparte de eso, manipular tan bien el sistema límbico y hacer que la persona que lo consuma dependa de ella.

Zurdo: Si, pero es aun mas increíble e impresionante, como es que, si hay gente tan perversa que sea capaz de hacer ese tipo de cosas, ¿Por qué no hay quien encuentre la cura para el cáncer? ¿O para el SIDA? ¿Cuántos años llevan “trabajando” en eso?

Esta conversación tal vez no fue tan larga, pero si muy profunda... El hecho de descubrir esa arista, me dejó realmente fría, y solo perdí mi mirada con las palabras del Zurdo resonando en mi cabeza… Tómese en cuenta que dicha droga fue aislada en 1885. Tómese en cuenta también que Isaac Newton (1642 – 1721) descubrió el átomo y demostró la teoría de la gravitación universal.
Señores, estamos en el 2007, entonces ¿Qué es lo que pasa? ¿Falta de ciencia? Ahora, yo les repito la pregunta que el Zurdo me hizo al último, la cual fue:

“¿O no crees?”

Gracias Zurdo, por haberme hecho ver esa cara de la moneda, de no haber sido por ti, estas tres últimas entradas no hubieran sido publicadas, y mis lectores –por pocos que sean–, no de hubiesen enterado de lo que realmente pasa en este planeta.






¡Gracias!

Mentes realmente brillante pero, ¿Para qué (Segunda parte)



En el cerebro, unos 10, 000 millones de células, llamadas neuronas, conservan en funcionamiento los sistemas que sostienen la vida y regulan los pensamientos y emociones. Cuando una neurona recibe señales de uno de los cinco sentidos, “se enciende” y envía a través de sus ramificaciones una señal muy tenue a otras neuronas receptoras.

Con el hueco que existe en la punta de una bujía de automóvil, un espacio microscópico llamado sinapsis separa a las neuronas. La señal eléctrica no puede saltar ese espacio, pero libera ciertas sustancias, los neurotransmisores, para que lleven el mensaje.

Uno de los cientos de neurotransmisores del cerebro es la dopamina, las alteraciones en el suministro de la dopamina redundan en graves enfermedades mentales, como la esquizofrenia, y en trastornos del sistema locomotor, como el mal de Parkinson, el cual se deriva de una concentración anormal, extraordinariamente baja, del neurotransmisor.

En un cerebro, normal, una “bomba” molecular envía la dopamina excedente, sin peligro alguno, al interior de las neuronas emisoras, para que se le utilice mas adelante. Algunos expertos piensan que la dopamina estropea esa bomba, de manera que la dopamina ya no puede regresar al las neuronas. Otros consideran que la cocaína acelera el funcionamiento de esta bomba y que libera más dopamina. En todo caso, la sustancia neurotransmisora se acumula en la sinapsis y estimula repetidamente a las neuronas. En realidad, lo que hace que se sienta tan bien, es el exceso de sustancias neurotransmisoras en el cerebro.

Al tocar los vasos sanguíneos, la cocaína se constriñe y obstaculiza mucho la circulación. Como faltan nutrientes, las membranas mucosas de la nariz se secan, y el tejido muerto se desprende, con esto: el adicto sufre de hemorragias nasales.

En algunos cocainómanos muere tanto tejido, que se agujera el cartílago que divide las fosas nasales. A veces se forman unos abscesos que penetran en el hueso de los senos faciales. Sin embargo, el adicto apenas siente un olor muy leve cuando consume cocaína, por que esta droga es también un potente analgésico local.

La necesidad de consumir cocaína se vuelve mas importante aún que la de comer, ya que esta droga es asimismo un potente supresor del apetito.

La cocaína pura no solo intensifica el éxtasis. La droga afecta directamente al músculo cardiaco, haciendo que el corazón palpite de forma ineficaz y se estrechen sus vasos sanguíneos, con lo cual se restringe el oxígeno indispensable para que funcione a toda su capacidad. En consecuencia, el corazón debe esforzarse mas para compensar la insuficiencia de riego sanguíneo en el resto del organismo. Es un círculo vicioso: pronto, la sangre que entra el corazón privado de oxígeno dejará de bombease con suficiente rapidez y regresa a los pulmones. La respiración se torna mas laboriosa y dolorosa, pues el drogadicto empieza a ahogarse4 con sus propios fluidos.

Existe un gran riesgo de sufrir un ataque cardiaco repentino o una apoplejía.

Cada vez que se pasan los efectos de la cocaína, desciende la concentración de dopamina en le cerebro, creando una depresión física y emocional.
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Esperen la tercera parte de esta entrada...
¡GRACIAS!

jueves, 28 de junio de 2007

Mentes, realmente brillantes pero… ¿Para qué? (Primera parte)


“En 1855 el químico alemán Gaedcke aísla de las hojas de coca un alcaloide al que llama erythroxyline por le nombre genérico de la planta. Un poco más tarde, en 1859, empleando alcohol, ácido sulfúrico, bicarbonato sódico y éter, otro químico alemán de nombre Albert Niemann purifica el alcaloide de Gaedcke y aísla directamente de las hojas de coca el alcaloide al que se conoce desde entonces con el nombre de cocaína.
A principios de siglo (1902−1903) se extendió la cocainomanía en los EE.UU. En Europa sólo era importante su consumo en centros artísticos de las grandes ciudades, aunque aumentó considerablemente durante la 1ª Guerra Mundial (1914−18).
En 1954 la Comisión de Estupefacientes de la OMS observó con satisfacción la disminución y escasa calidad de las incautaciones de cocaína.
Desde hace unos años (1985−1990), la drogodependencia cocaínica constituye el problema sanitario más grave en el mundo occidental en el campo de las toxicomanías.”


Supongo, todos hemos oido hablar de la cocaína y la dependencia a ella, pero ¿Alguien de ustedes sabe como es que se da el proceso en el cuerpo?


Cuando la cocaína es aspirada, las húmedas membranas que tapizan las fosas nasales, la disuelven enseguida. Como arena que pasa por un cedazo, los enjambres de moléculas de cocaína se filtran por esas membranas y, en menos de 15 minutos, inundan el torrente sanguíneo.


Al llegar al cerebro, las moléculas se topan con una barrera destinada a impedir el paso de sustancias nocivas, pero hay varias drogas “psicoactivas” que pueden atravesarla flotando a través de las moléculas de grasa que integran la barrera. El alcohol, la nicotina -y la cocaína- son algunas de ellas.
En las profundidades del cerebro, se halla el sistema límbico, que regula las emociones y esos instintos primarios tan esenciales para la supervivencia, como el de comer, y huir del peligro. Además, el sistema límbico esta estrechamente relacionado con regiones cerebrales que originan sensaciones placenteras.
La cocaína, genera cortocircuitos en estas actividades de gran importancia biológica y provoca placer al instante. Esta sustancia estimula a tal grado los centros cerebrales de placer, que los animales de laboratorio, si se les permite libre acceso a la cocaína, prescinden totalmente de la comida y de la actividad sexual para atiborrarse de esta droga hasta que se les averían los sobrecargados circuitos cerebrales, lo cual desencadena la muerte.

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Debido a lo largo del documento, queridos lectores, continuo con esta entrada mañana.

¡GRACIAS!

miércoles, 27 de junio de 2007

La caja de hace mas de dos mil años


Hola, esta es mi primer entrada, y espero que alguien la lea alguna vez. He de decir que la caja de Pandora, me tiene siempre a la defensiva, pero pornernos a pemsar, ¿Quién no trae la caja de pandora dentro de si? ¿Quién no la ha abierto jamás? Yo me atrevería a decir quu nadie, la caja, siempre ha estado abierta, y no solo hablo de las pestes el SIDA o demás enfermedades catastróficas, sino tambien de aquellas veces que herimos a los demás, que enventamos cosas, o aun cuando nos creamos fantasías y vivimos en ellas, al grado de no distinguir lo real de lo imaginario. Pandora, siempre ha estado y estará ahí, pero...






¿TU LA ESCUHAS?...







¡Gracias!